Ya habíamos completado la ruta que parte de Enguídanos a las Chorreras llegando hasta el pantano de Contreras y asomándonos a la punta del perejil y dándonos un baño en la Chorreras. Nos quedaba completar la zona con la ruta partiendo desde Cardenete hasta el mirador de las Chorreras.
Fuimos hasta la presa de Mira para cruzar pero estaba cerrada con un cartel de advertencia de cárcel eterna si saltábamos la puerta. Decidimos improvisar hasta llegar a nuestro objetivo.
La vuelta fue por el salto y esa subida zigzagueante tan graciosa. Al llegar, un verdadero descanso para el ciclista: el restaurante la Rebotica donde nos sorprendieron con un menú micológico exquisito.
Los platos y el vino se alargaron hasta media tarde donde cumplimos una vez más con nuestra salida bicigastronómica.
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