24 de septiembre de 2015

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Los límites. La superación

 Al final, siempre eres tú.


La luz que brilla en la parte izquierda de la fotografía no es un objeto volante. Tampoco el que aparece en la parte derecha es un extraterrestre. Es la torre de vigilancia antiincendios de Cabrejas que recibe el sol del atardecer. Y la persona es la que se ha propuesto recuperar las fuerzas para poder seguir disfrutando de la bicicleta, aunque es muy posible que con otros límites.

Seis meses de rehabilitación y con más de cien sesiones de fisio no han sido suficientes para que se haya superado la lesión y el dolor persiste pero la bici es como la vida misma: hay que andar, hay que ir un paso más allá; y aunque duela y ya no seamos los mismos hay que seguir, superar cimas, una pedalada más... y en ese esfuerzo, uno siempre está solo.

Reconforta volver a sentir el aire montando en bicicleta, mirar a lo lejos la ciudad, perderte por la inmensa  naturaleza que rodea Cuenca. El límite es una línea subjetiva que ya carece de importancia. Ahora lo que importa es el mero y sencillo goce con las cosas sencillas.